Acabo de terminar la lectura del artículo: Las opiniones de chicas de 13 y 14 años sobre la educación física en las escuelas públicas británicas. Estudio realizado en los condados de Hampshire y Cambridgeshire (Cockburn, 2000), que propuso Víctor en el blog hace ya un tiempo, y tengo que reconocer que no me ha dejado indiferente.
En primer lugar, coincido totalmente con la autora al preocuparse sobre los sentimientos que puedan tener los alumnos sobre las clases de E.F., en este caso con una muestra femenina. Tal y como señalan los resultados de la investigación, las malas experiencias en las clases, pueden derivar en que el alumno tienda al rechazo hacia todo lo que tenga que ver con la actividad física. Recuerdo que ya en el primer día de nuestra aventura curricular, reflexionamos sobre este punto, cuando el compañero José Vicente Cañamás compartió su mala experiencia con un profesor. Como hablamos en aquél momento una mala experiencia puede significar un futuro abandono. Pienso que los que queramos dedicarnos a la educación, debemos de ser conscientes de todo esto y dejar de buscar el rendimiento o la superación de tareas físicas y preocuparnos más por el sentimiento de nuestros alumnos buscando otro tipo de programaciones didácticas.
El otro gran tema que trata el artículo es el caso del deporte y la mujer. A la luz de los resultados que aporta este estudio, podemos observar cómo hay una significativa parte de las mujeres que no quieren realizar actividad física debido a temas relacionados con el género y deporte. Algunas de las contestaciones de las alumnas fueron que si veían que el deporte era demasiado agresivo para ellas, que si se hacían daño, que si no tenían tiempo para arreglarse después de la práctica… soy consciente de que tales argumentos los sienten muchas adolecentes, pero creo que se basan en unos fuertes ESTEREOTIPOS, que siguen vigentes aún hoy en día en nuestra sociedad, a pesar de que presumamos de que ya somos modernos y que el machismo es cosa del pasado. Pues bien, en el deporte y en la educación física se siguen dando actitudes y comportamiento de este tipo, muchas veces son provocadas incluso inconscientemente por el propio docente, apareciendo en ese currículum que denominamos “oculto”. Considero que desde nuestro campo de trabajo tenemos una oportunidad única para trabajar de forma cualitativa esta problemática y a través de la actividad física sensibilizar o al menos hacer conscientes a nuestros alumnos de esta realidad, tratando de desarrollar en ellos un espíritu crítico que les ayude a valorar por sí mismos todos estos mensajes ocultos que nos trasmite la sociedad día a día.
También hablamos de todo esto cuando tratamos las distintas concepciones del cuerpo. Los grandes ideales de belleza imperantes en la sociedad del siglo XXI, llevan detrás de ellos unos fuertes estereotipos. Reflexionando sobre todo esto, me he acordado de una entrada que hicieron unas compañeras de periodismo en su blog, sobre si se debía realizar una distinción del tipo de juguetes que se da a los niños en función del sexo. Sé que quizás me desvío un poco de nuestro campo, pero creo que puede ser interesante el que veáis el vídeo y que os fijéis en las respuestas que dan los entrevistados, muchas de ellas inocentes y sinceras, y cargadas de estereotipos, aquí os dejo sus entrevistas:
Por último quería mostrar mi desacuerdo ante el criterio que siguió la autora a la hora de seleccionar la muestra. Esta estuvo compuesta por 75 chicas de unos 13-14 años de edad de varios centros, que compartían similares habilidades académicas y físicas. Creo que este último punto no es adecuado, ya que creo que puede condicionar las respuestas que nos podemos encontrar. No es lo mismo preguntar sobre qué sienten en las clases de E.F. a un grupo de alumnas muy competentes físicamente que a otro de menor competencia. Me gustaría que compartierais conmigo vuestra opinión sobre este punto.
Un saludo, Samuel.
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