Pere nos ha contado que piensa dedicar los minutos iniciales de cada sesión teórica a plantearnos una serie de reflexiones. Hoy nos ha dado un feedback sobre las exposiciones que hemos estado realizando todos los grupos durante estas dos semanas. Pere ha señalado que realizar exposiciones es muy positivo, ya que nos ayuda a familiarizarnos con el hablar en público. Después de haber visto todas las exposiciones, nos ha planteado una serie de críticas constructivas:
· Muchos de los grupos no hemos mostrado una buena actitud a la hora de hablar en público, y esto según Pere es muy importante. Tenemos que mostrar una actitud de interés en lo que estamos haciendo, no podemos mostrarnos delante del público con una actitud indiferente o pasota, ya que esto lo ve el público y podrá desconectar de la exposición. Alguna de las recomendaciones en este sentido son el no estar todo el rato sentados, apoyados en una pared, o utilizar siempre el mismo todo de voz. Debemos de ir llamando la atención del público en función de lo que queramos comunicar.
· Tenemos que ser buenos comunicadores, a la hora de realizar una presentación de 20 minutos no podemos ser tímidos, en esos momentos no vale la timidez.
· Aunque tenemos que ser buenos comunicadores, Pere nos ha dicho que eso no significa que nos convirtamos en vendedores de márquetin, si el mensaje no es bueno, no podemos intentar engañar al público, tenemos que ser críticos con el trabajo que realizamos.
· Tenemos que adecuarnos al tiempo, hay que respetarlo y para ello es básico situar bien el tiempo. En los congresos se resumen investigaciones de años en 10-12 minutos. Tenemos que aprender a sintetizar y a saber qué es lo más relevante. Pere nos ha recomendado que es mejor que sobre tiempo que falte.
· Otro consejo que nos ha dado, ha venido motivado a raíz de que algunos grupos hemos tratado de hacer partícipes y protagonistas al público. Nos ha dicho que es buena idea, pero que a veces es arriesgado, ya que el público tarda a veces en dar una respuesta y en otras “se enrolla”, haciendo peligrar el tiempo de exposición del que se dispone.
Otro punto que ha dado de qué hablar, ha sido cuando Pere nos ha preguntado el si éramos conscientes de que todos los grupos habíamos recurrido al Power Point y a la pantalla a la hora de las exposiciones. ¿Quién ha elegido a quién? ¿Forma ya parte del mobiliario escolar? Planteándonos estas preguntas nos ha hecho reflexionar sobre el tema. Pere ha comentado que cuando tenemos una pantalla detrás de nosotros puede peligrar quién da realmente el mensaje. No podemos caer en el error en que todos miren la pantalla y no a nosotros, quienes realmente debemos de ser los protagonistas. El medio nunca debe de ser el protagonista sino nosotros. El que expone no puede ponerse a mirar la pantalla y ponerse a leer, en ese momento deja de ser expositor y pasa a ser oyente. Tampoco se deben de cargar las pantallas de líneas e información. El grupo que más le ha gustado ha sido uno que utilizó unas pocas diapositivas con 3-4 frases destacadas.
Dicho todo esto, ha querido recalcar que no se ha metido a valorar el contenido de lo que exponemos, sino las formas, exceptuando que tenemos que evitar el plagio. Muchos grupos hemos utilizado información de otros estudios y no los hemos citado, eso no se puede permitir. Pere ha mencionado la entrada de Víctor sobre el plagio, y ha dicho que vivimos en una cultura que ha pasado del “copiar y pegar” al “tallar y pegar”. Antes al menos si copiabas (a partir de un libro), la información pasaba por la cabeza y luego al papel, ahora directamente pasa de la pantalla a la pantalla, sin que procesemos la información. Vivimos en una sociedad rápida, volátil, cambiante, en constante actualización, en la que cualquier cosa en la que se quiera profundizar se ve con malos ojos. Las asignaturas que antes duraban varios años, ahora se dan en un solo cuatrimestre, sin llegar a entrar en contenidos de una forma detallada, vivimos en una época de conocimiento efímero y superficial.
Tras estos comentarios tanto Ana, como yo, le hemos planteado un par de dudas a Pere sobre el uso del Power Point, y sobre el cómo aprender a comunicar. Pere nos ha contestado y al terminar hemos empezado a resolver el examen sobre las teorías curriculares. De las cuatro preguntas posibles, Pere ha escogido la de comparar las concepciones del docente. Éste es el documento que le hemos enviado a Pere al terminar la sesión:
Opinión de la sesión:
Primeramente tengo que agradecer a Pere las críticas constructivas sobre las exposiciones, y los consejos que nos ha dado. Siempre viene bien que te aporten un feedback para ver qué cosas haces bien y cuáles no tan bien, con tal de mejorar. Coincido en que en líneas generales, quizás nuestro mayor problema haya sido el darle al power point un excesivo protagonismo. Este recurso creo que ya está totalmente normalizado en las universidades y creo que en pocos años será muy común en todos los colegios, quitando espacio al dar las clases a partir del clásico libro de texto. Los tiempos van cambiando y aparecen nuevas materiales que utilizar a la hora de dar las clases, sin embargo, debemos de reflexionar sobre le uso que hacemos de ellos. Nada aporta un power point, si se utiliza para leer y llenarlo de texto; lo estaríamos utilizando de forma similar a un libro. El power debe de ser un recurso que se adecúe al mensaje que queramos transmitir, por lo que no siempre valdrá utilizarlo de forma indiscriminada. Parece ser que todos lo hemos utilizado pero que únicamente un grupo (al que ha hecho alusiones Pere), lo ha utilizado sin darle más protagonismo que a los ponentes.
De lo que ha dicho Pere, lo que más me ha llamado la atención ha sido lo de cómo comunicar. Tal como le he expresado con mi pregunta, siento una especial preocupación ante la falta de formación en el aspecto comunicador. Se nos exige que sepamos exponer correctamente cuando en principio nadie se ha preocupado por ello de forma de ella, y no es que no crea que exponiendo se aprende a exponer –lo veo necesario- sino que creo que se debe de reforzar eso con una dedicación específica. Ya nuestros queridos amigos griegos le dedicaban una especial dedicación a la retórica, que evolucionó y alcanzó su zénit con los romanos. Con el tiempo ese reconocimiento y valor por ese arte se ha ido perdiendo hasta la actualidad, hoy en día no se ofrece en la escuela esa formación comunicadora.
Coincido con Pere en que no es la universidad el lugar en donde nos tengan que enseñar a comunicar, entonces, ¿dónde es? ¿En la escuela? Por lo visto, o al menos ese ha sido mi caso, allí no prestan especial atención a la formación comunicadora, por lo que o te formas por tu cuenta o poco te van a ofrecer en el marco escolar. Donde más me preocupa todo esto, es en el contexto docente, si ya creo que saber comunicar es muy relevante, ¿Cómo no va a serlo para un profesor que cada día se pone delante de más de dos docenas de alumnos? Por mucho que sepa ese docente en su materia, si no sabe transmitirla de poco valdrá, el mensaje se perderá o llegará con menos intensidad a los alumnos. Veo fundamental que un docente sepa comunicar, y actualmente creo que no se les forma en ese sentido. Por ejemplo, en nuestro caso, de los cuales casi con total seguridad el 70% de nosotros, nos dediquemos a la docencia, no se nos ha enseñado cómo dirigirnos a los alumnos, ni técnicas o formas de comunicar…sé que este es un tema delicado, y sería interesante el dedicarle un tiempo para intercambiar ideas y propuestas.
Respecto a nuestro “examen”, hemos escogido el realizar una serie de 3 relatos ficticios ya que nos parecía una forma distinta de abordar el tema, y que nos permitía ponernos en la piel de un docente, para así aplicar cada una de las tres perspectivas dentro del contexto de la EF. No hemos establecido comparaciones directas, pero sí las hemos realizado de forma implícita, en reflexiones y comentarios de cada docente sobre las formas de pensar de los otros. Nos hubiera gustado el haber dispuesto de un poco más de tiempo para haber perfeccionado los relatos. No obstante, pensamos que las ideas principales de cada perspectiva las tenemos claras y han quedado reflejadas en el texto que hemos elaborado. Con esto ha finalizado esta experiencia de aprendizaje colaborativo, y tengo que reconocer que ha sido muy gratificante. Cuesta más que otros tipos de aprendizaje ya que el preocuparse por los demás y no sólo por uno mismo es más complicado. Pero si se realiza bien y todos se implican, mejora el nivel del conjunto y como decía Víctor, todos los componentes del grupo homogenizan sus conocimientos, y en vez de producirse más diferencias entre los que “más saben” y los que “menos”, se reducen. Espero en un futuro volver a repetir una experiencia similar.
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