No voy a ocultarlo, hoy he salido decepcionado de clase. Todo ha comenzado a raíz del examen que hemos realizado sobre la lectura del libro de Arnold. Víctor ha planteado una prueba con 10 preguntas de las cuales con tener 5 bien contestadas se obtenía el apto. La discusión ha venido cuando al terminar el examen, Vítor nos ha preguntado si nos había parecido adecuada esta forma de valorar la lectura del mismo. En seguida varios compañeros han saltado indignados comentando que nos les parecía bien esta forma de evaluar, que ellos habían leído el libro y que posiblemente habrían suspendido. Sus quejas venían a raíz de 3 preguntas no tan fáciles como las siguientes, de las cuales una de ellas se la ha considerado buena para tanto el que ha marcado verdadero como falso. Varios han opinado que el examen era complicado… nada más lejos de la realidad, el examen ha sido FÁCIL ya que salvo esas 3 preguntas, las demás eran muy sencillas. De hecho creo que incluso sin haberse leído el libro, habiéndose mirado bien las preguntas aportadas con lo compañeros, se hubiese podido aprobar.
Creo que todos aquellos que se hayan leído el libro, deberían de ser capaces de al menos haber respondido a 5 preguntas y con esto obtener el apto. Si tú en un examen de estas características dudas en 2, 3 preguntas lo mejor es no responderlas, dada que la calificación de la prueba no es numérica (menos mal que no había sido planteada así, ya que se hubiese montado la marimorena), sino apto o no apto. En parte entiendo que les quede ese sabor “agridulce” (palabras de Robert), de haber dedicado tanto tiempo a la lectura para ahora no haber sabido responder a 5 preguntas. Para mí, más allá del apto o no apto, lo importante es lo que el libro nos ha aportado a cada uno de nosotros. Pero claro, aquí entran las temidas calificaciones y obviamente más de uno se hecha a temblar ante un no apto.
Si yo hubiese sido el profesor, para haber evaluado esta lectura hubiese realizado una serie de entrevistas personales. Creo que hubiese sido más productivo, ya que habría dado lugar a un intercambio de ideas profesor-alumno. En el cual se hubiese comprobado si uno había leído el libro y de qué forma, ya que quizás la forma en que se ha leído el libro haya sido el problema. Personalmente pienso que la forma en que ha evaluado Víctor, no sólo no servía para comprobar quién se había leído el libro, sino que incluso podía colarse como apta gente que no se la haya leído. La opción que han aportado algunos de los compañeros de incluir más preguntas quizás hubiese sido buena ya que daba más oportunidades de demostrar la lectura del texto.
Más allá de la reflexión sobre la forma de evolución de la lectura (que para mí ha sido lo de menos), lo que me ha producido una gran desilusión es el comprobar como a una gran mayoría de los compañeros (al menos es la que hoy se ha expresado) realiza las cosas en base a una calificación. Mientras que no se ha evaluado no ha habido problemas, en cuanto se ha decidido parte de la nota de la asignatura (1 punto del total), ha cundido el pánico, la caja de pandora se abrió y afloraron los sentimientos más profundos de muchos, indignados. Ejemplo de esto, ha sido el inocente y sincero comentario de Rafa y cargado de temor (como ha indicado acertadamente Víctor), al entender mal las palabras del profesor sobre la evaluación de los blogs. ¿Es que si no se nos recompensa con nota no vale la pena trabajar el blog? ¿No aporta éste ningún aprendizaje intrínseco más valioso que cualquier nota? Es evidente que para todos no es igual. La mayoría de alumnos (de aquí y de otras facultades), únicamente se interesan por las notas. Hacen aquello que les sirve para aprobar, todo aquello fuera de esto no merece la pena. Sé que las notas son importantes a la hora de sacarse el título, ¿pero el licenciarse es lo único que importa? ¿O es más valioso todo lo que se aprenda en cada una de las asignaturas? No voy a negarlo, a mí la nota también me importa, solo que la concibo como algo extrínseco. Como una forma de recompensa al trabajo realizado, al proceso mediante el cual se ha aprendido cosas valiosas. La mayoría de asignaturas que nos hemos encontrado a lo largo de nuestra formación, han utilizado la evaluación con un único examen, ¿alguien recuerda lo que se les preguntó y las respuestas de la mayoría de ellos?, yo no. Esta asignatura nos da la oportunidad de ser nosotros los protagonistas, de escoger entre un sinfín de propuestas por parte del profesor qué contenidos queremos trabajar, y de qué forma. Sí, también hemos realizado actividades obligatorias (Ensayo, murales, mapas conceptuales…), pero dentro de esa obligatoriedad todos tenemos la libertad de desarrollar los contenidos de la forma que nos plazca. Pudiendo dar rienda suerte a esa creatividad que como dice Arnold, todos llevamos dentro. La forma de evaluación que nos propone el profesor, nos da la libertad de trabajar por nuestra cuenta y eso es genial. Viendo muchas de las entradas que habéis desarrollado en los blogs, aprecio que habéis pensado, reflexionado, sentido… habéis aprendido, no tengo ninguna duda de ello, y eso es lo valioso. Por tanto, no nos preocupemos por las notas, si trabajamos seguro que serán buenas.
Dicho esto, creo que para Víctor lo de menos son las calificaciones, por ello, yo haría el esfuerzo de por una vez, intentar no preocupase por los números y sí por nuestro aprendizaje, ya que de nada servirá tener un expediente inmaculado si no se ha aprendido nada. Luego nos toca ponernos delante de 30 adolecentes y ¿qué hacemos? ¿Les decimos que tuvimos unas notas geniales? Yo creo que lo que más nos debe de preocupar es el aprender y la calidad de la enseñanza que recibimos. Si pretendemos “pasar por la piedra” y preferimos un 10 obtenido fácil en un examen memorístico, que el esforzarse y trabajar con tal de aprender, mal vamos, y mal va el sistema…
Por ello, lo de menos del día era el “apto o no apto”, hoy como decía Víctor, debería de haber sido un día de júbilo, de haber intercambiado ideas y dudas que nos había suscitado la lectura, de decir qué nos ha aportado ésta.... si por algunas de aquellas alguien que habiendo leído el libro hubiese “suspendido”, sería lo de menos, ya sería muy sencillo demostrar que sí se ha leído, un tranquilo intercambio de ideas bastaría.
No voy a extenderme más, simplemente necesitaba expresar lo que he sentido hoy en clase, hoy se ha visto que para “x” alumnos lo que verdaderamente importa es la nota. Yo no lo siento así, y es posible que estas palabras hayan provocado sentimientos de rechazo en muchos de vosotros, pero qué le voy hacer. Otros podréis pensar que esto ha sido un puro peloteo, siento decepcionaros en tal caso, no es así, es lo que siento. Lo que no puedo permitir es autocensurarme. Este es “mi rincón”, un lugar en el que expresar todo lo que sienta, en el que puedo volcar todo mi trabajo compartiéndolo con todos vosotros, con tal de que entre todos construyamos un aprendizaje colaborativo. A pesar de la gran decepción que me he llevado hoy, seguiré trabajando con la misma ilusión en aquello en lo que creo, en lo que me aporta un aprendizaje en cual soy y somos protagonistas, y el cual no olvidaré nunca, ni cuando me “enfrente” un ejército de hormonas con patas.
Perdonarme por haberme extendido tanto, y si no me he expresado bien en algún punto, ya que mis dedos han volado sobre el teclado y no llevaban la velocidad suficiente para expresar todo lo que se me pasaba por la cabeza. Un saludo a todos, y ánimo. Me encantaría conocer vuestras opiniones, sean del tipo que sean.